3 Secretos para hacerlo un hábito

He aquí tres sencillos secretos para hacer del Entrenamiento en los Bardos un hábito– un hábito que esté sustentado por tu estilo de vida actual.

Empieza por lo pequeño

Es más fácil encajar en tu horario un hábito que sea pequeño, y mucho más fácil hacer que se instaure. Lisa y llanamente ¡es rápido! Esa es la razón por la que empiezas con un simple ejercicio de Entrenamiento en los Bardos que te lleva 10-20 minutos de tu día.

Cuando comiences por primera vez con un nuevo ejercicio de Entrenamiento en los Bardos, ponte el objetivo de tan solo tres sesiones durante la primera semana. Después aumenta ese número como te resulte natural. Tan solo tres o cuatro veces en la semana creará fácilmente el hábito. Más tarde puedes subir el número de veces por semana hasta 5 ó 7, según desees.

Programa el Entrenamiento en los Bardos después de otro hábito

Escoge un hábito que ya esté establecido como una segunda naturaleza. Escoge un hábito que tenga tanto un hábito… que sea un hábito. No tienes que pensar en ello, no tienes que motivarte a ti mismo para hacerlo. Simplemente lo haces.

Ahora, programa la nueva tarea de Entrenamiento en los Bardos justo detrás de ese hábito. Ese hábito ya existente puede ser una comida, el café de las mañanas, un entrenamiento físico, u otro entrenamiento en los Bardos que ya sea un hábito actualmente. Piensa en tu día, encaja este nuevo hábito en una franja horaria en la que tenga opciones de ir bien. No condenes a este nuevo hábito escogiendo una franja de tiempo que ya esté sobrecargada. Hazlo cuando puedas dedicar un momento para entrenar.

Unir tu nueva tarea de Entrenamiento en los Bardos con un hábito ya existente es un poderoso secreto para el éxito. Tiene todo el sentido cuando lo piensas por un momento. Por qué la gente no utiliza más este secreto evidente, está más allá de mi comprensión.

Algo prestado, algo azul

En realidad el azul no tiene nada que ver con esto. «Prestado» es la clave. Es solo que me gusta la expresión.

¿Qué es prestado? El Poder de un hábito ya existente, por supuesto. Lleva el vínculo un paso más allá: inserta un pequeño recordatorio relacionado con hacer la nueva tarea del Entrenamiento en los Bardos.

Te daré un ejemplo. Digamos que tu hábito ya existente es la práctica de la guitarra. Lo primero de todo, ¡hurra! por hacer de la práctica de la guitarra un hábito. Ahora digamos que quieres añadir un nuevo hábito de Entrenamiento en los Bardos practicando tu «Magia en el espejo» (prestidigitación). Bueno, al final de tu práctica con la guitarra canta una pequeña canción del tipo:

This hand is your hand This hand is my hand
From California to the New York island;
From the red wood forest to the Gulf Stream waters
This hand was made for you and Me
.

Esta mano es tu mano, esta mano es mi mano
Desde California hasta la isla de New York;
Desde los bosques de secuoyas hasta la Corriente del Golfo
Esta mano fue hecha para ti y para Mí.

Esta es una sencilla canción en do, fa, sol, y es lo suficientemente tonta como para ser un buen recordatorio de que quieres entrenar tu «mano» en la prestidigitacicón para tu práctica de Magia en el espejo.

Con cuanta más regularidad hagas una tarea, más rápido esta nueva tarea de Entrenamiento en los Bardos se convertirá en otra parte de tu vida.
Ahora que sabes el secreto, comienza insertando un entrenamiento espiritual en tu vida.